El Día del Sándwich de Milanesa se celebró con uno de 2,6 metros


Llegó a las 10.30 al club Avellaneda Central vestido de hombre récord. Víctor Tirador ni se lo imaginaba: esta vez, la legendaria sede de la kermés de San Roque fue el centro de un festejo distinto, aunque igual de popular y más de 200 personas se acercaron a vivirlo.

Por primera vez en la provincia se celebró ayer el "Día del sándwich de milanesa", en homenaje al sandwichero más querido por los tucumanos, José "Chacho" Leguizamón, que falleció el año pasado. El recuerdo estuvo presente, y el acto central, en el que el Tirador volvió a instalarse en el libro de récords Guinness por hacer el sándwich de milanesa más grande del mundo, fue una fiesta a lo grande.

Algunos se quedaron con ganas de darle otro bocado a ese gigante de 2,60 metros de largo por 54 centímetros de ancho. "Si hubiera sabido que iba a prenderse tanta gente hacía dos iguales", dijo Tirador , feliz por haber cumplido con un nuevo desafío.

Casi dos horas demoró el récordman en hacer su enorme "chegusán" y durante ese tiempo, los curiosos desfilaban y estiraban el ojo para verlo cortar la lechuga, el tomate, batir los 50 huevos, rebozar y unir los 12 kilos de carne.

Se hizo el mediodía y los tucumanos se fueron acercando a las 18 sandwicherías que se adhirieron a la "Expo milanga", organizada por el programa televisivo "República de Tucumán". Además de celebrarse en el Avellaneda Central, en esos locales ofrecieron promociones especiales para conmemorar la fecha, que pretende quedarse en el calendario de festejos.

"Realmente nos sorprendió la convocatoria, pensamos que iba a venir más bien gente de los medios para informar acerca del récord de Tirador, pero lo cierto es que se convirtió en una verdadera fiesta y llegó gente de todos lados: chicos que salieron de la escuela, grandes que terminaban de trabajar... por suerte todos pudieron probar la súper milanesa", dijo Diego Viruel, director del programa humorístico y uno de los impulsores del evento.

"Lo probé y me di cuenta de que había hecho el sándwich más rico que preparé en mi vida, porque lo hice con mucho amor al ver que la gente se interesó y le puso tanta buena onda al encuentro", confesó Tirador, entre flashes y entrevistas de varios medios tucumanos.

Apenas terminó de cerrar ese enorme pan -que coció en un viejo horno de material en una panadería-, los cuchillos fraccionaron la "mila" más grande del planeta en cientos de milanesas tamaño estándar.

"La sacamos completa sin ají porque era para convidar, y no a todo el mundo le gusta picante. Salió con lechuga, tomate, mayonesa y mostaza", explicó Tirador. Como no alcanzó para darle un sándwich a cada uno, los que recibieron el suyo se solidarizaron con el compañero y compartieron la famosa "milanga", que entró a la historia.

Dos filas en espiral fueron necesarias para organizar la cosa. El olorcito a pan rallado friéndose cuando llegó el mediodía causó una revolución en los estómagos, y lo confirmó: ¿a qué tucumano no le gusta la "milanga"?

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