Ricardo Darín causa sensación con su filme Un cuento chino


Una vez más, el gran actor argentino Ricardo Darín se convierte en el elegido de la gente. Lo cierto es que Un cuento chino, la nueva película en la que aparece como protagonista, ya se consagró como éxito de taquilla a menos de una semana de su estreno. Según trascendió, la cinta convocó a 201.728 personas. La película, escrita y dirigida por Sebastián Borensztein, dejó en segundo y tercer lugar a las animadas Marte necesita mamás, con 86.840, y Rango, preferida por 85.907 espectadores. DARÍN BRILLA EN LA PANTALLA GRANDE. En Un cuento chino, Darín es Roberto, un ferretero serio, gruñón y metódico, que no tiene ni quiere tener contacto con el exterior. Por un evento fortuito debe convivir con un joven chino que no habla una palabra de español. Roberto es de los que llaman a defensa del consumidor enojados, de los que comen asado sin ensalada y racionan el dulce de leche. Y el chino es, básicamente, un chino. "Las características del personaje fueron delineadas por Sebastián Borensztein, después yo me subí al tren y juntos empezamos a hacer un seguimiento", cuenta Darín en una entrevista ofrecida a los medios nacionales. A la hora de definir la particularidad de su personaje, Ricardo expresó: "Me hace acordar a varios personajes de mi barrio y de otros barrios. Hay una caracterología o temperamento en Roberto fácilmente reconocible: es inteligente, sensible, buen tipo, se lo ve herido y un poco harto de la tilinguería, de la estupidez circundante. Por eso está como encerrado, ha perdido los lazos con la sociedad. Es como si se hubiera quedado detenido en un dolor, en una imagen de sociedad que por algún motivo no fue. Está atrincherado en su propia casa". "El personaje tiene algunas cosas que reconozco en mí: el hartazgo de estar acostumbrado a que te caguen toda la vida, que lo tomamos como algo normal porque es común. Ya sabés que es probable que ocurra, pero el temperamento de Roberto no le permite dejarlo pasar, libra su lucha, y eso es lo reconocible en esa gente enojada que no encuentra una válvula de escape. Todos sabemos que en una repartición pública te vas a comer tres horas de cola y por eso llegamos ya con la cabeza gacha, como esperando eso. Hasta que alguien se para un día y dice no. Él es una síntesis de lo que nos pasa en otras situaciones, eso es de una profunda argentinidad. Es un cascarrabias, pero lo es porque está harto de que le hagan siempre lo mismo y a nadie le importe un carajo", prosiguió. Es la primera vez que Darín trabaja en cine con Sebastián Borensztein, con quien asegura haber tenido una experiencia muy rica: "Cuando dos interesados están alineados en la misma perspectiva y pretenden lo mismo es más placentero trabajar, porque te sentís más sólido. Si eso lo multiplicás por más personas enfocadas en la misma dirección, es la utopía de un país perfecto. Que todos estemos mirando más o menos a la misma dirección, para saber qué nos conviene y qué no. Un rodaje tiene esa dinámica de trabajo fluida, sentís que vas a poder con lo que sea que se te presente, porque tenés un superobjetivo: contar una historia". Un filme recomendable para ser disfrutado en familia. Una producción que nuevamente posiciona a Ricardo Darín como el más taquillero del cine nacional.

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